Con
la disculpa de las listas de espera, centenares
de miles de pacientes son derivados cada año a centros privados, para que
se hagan en ellos las operaciones
sencillas y las pruebas rentables (resonancias magnéticas, TAC…).
Mientras,
los centros públicos siguen
encargándose de lo costoso, lo caro y lo
complejo y la actividad de sus
servicios baja a mínimos por las tardes.
Lo
que se justificó(1) como un sistema puntual para que los centros privados
“descargaran” a los públicos, se ha convertido en un sistema perverso para
trasladar nuestro dinero a empresas privadas.
A
pesar de esta estrategia planificada de
desmantelamiento de lo público, en diciembre de 2012 cerca de 600.000
personas estaban en lista de espera quirúrgica, habiendo subido el tiempo de
espera media para ser operado a mas de
100 días. Incluso desde 2004 existe un pacto
de silencio entre todas las comunidades autónomas para que estos datos sean
publicados en un registro unificado que no permita realizar comparaciones entre
ellas(2).
Sin
embargo, el sistema público tiene los
medios para atender adecuadamente a la población, pero no se están
utilizando. Muchos gestores de
centros públicos tienen intereses en los
centros privados, empresas del sector, etc. y utilizan su influencia para
enriquecer a estos, que luego les premian con puestos en sus consejos de
administración.
Formar un médico -durante unos 10 años- cuesta
alrededor de 200.000 € a los contribuyentes. Sin embargo, en este momento, con
la reducción brutal de plantillas
que se está llevando a cabo, no sólo se está deteriorando la asistencia, sino
que se están precarizando las condiciones laborales y empujando a médicos, personal de enfermería, matronas,
fisioterapeutas…a emigrar. No se
aprovecha esa enorme inversión para crear puestos de trabajo en el sector
público sanitario.
Por
ello, proponemos medidas que crearían empleo, ahorrarían costes y permitirían
situar al sistema público al servicio de la población, que es quien lo
financia:
-
Creación de un turno de tarde para aquellas especialidades
medicas que se precisen para utilizar
al máximo la alta tecnología sanitaria, consultas y quirófanos, suprimiendo
las derivaciones a centros privados.
- Por el reparto
del empleo:
a) Establecimiento de ratios mínimas/paciente.
b) No a las horas extras.
c) Prohibición de desempeñar dos puestos de trabajo en el sector público.
-
Establecer un sistema de
incompatibilidades real, que impida que quien trabaje en la sanidad pública
tenga intereses económicos profesionales en la privada.
(1)
Ley General de Sanidad, articulo 90.
(2)
El Ministerio de Sanidad tiene un pacto con todas las comunidades autónomas de
no dar el detalle que le facilita cada Gobierno.